La Muerte De Dios En Friedrich Nietzsche

El Teocidio

En un tablero de un salÃ?³n de clases alguien escribiÃ?³: “Dios ha muerto”: Nietzsche. Y poco mÃ?¡s abajo alguien mÃ?¡s escribiÃ?³: “Nietzsche estÃ?¡ muerto” : Dios. Lo que parece una lucha jovial entre creyentes y no creyentes es una de las muchas interpretaciones (descontextualizadas, emotivas, no importa) a las que la filosofÃ?­a nietzscheana ha servido durante el Ã?ºltimo siglo.

Sin duda, para Nietzsche, Dios o lo que �©ste representaba en la cultura occidental, estaba muerto. Y, sin duda, Nietzsche est�¡ muerto. Pero �¿cu�¡l es el significado de la supuesta muerte de Dios y la clave del nihilismo en Nietzsche? �¿qu�© implicaciones tiene para la filosof�­a posterior semejante propuesta? �¿Qu�© concepto de verdad hay en el cristianismo?

Por ahora digamos que la muerte de Dios se relaciona con el problema de la verdad en occidente, es la eliminaci�³n de la verdad trascendente (Dios es la verdad).

La cuestiÃ?³n de la muerte de Dios, es tratada en varios textos de Nietzsche. La obra del Zaratustra estÃ?¡ recorrida por el tema, como cuando Zaratustra habla con el papa jubilado y afirma que ese viejo Dios “esta muerto de verdad”. En La genealogÃ?­a de la Moral dice que Dios es la mentira mÃ?¡s grande de la humanidad. Y en La Gaya Ciencia, el loco grita que Dios ha muerto, que los hombres lo han matado.

No hay nada sistem�¡tico en su obra, hay que interpretarlo. �¿Y por qu�© tantas posibles interpretaciones? Por su forma de escribir. Su pensamiento se logra en la multiplicidad de su escritura. Las palabras en su obra tienen fuerza, pues cambian esquemas, implican riesgos y desaf�­os. Sus sentidos (no el sentido) se entienden en el contexto de la obra. Nietzsche propone una nueva forma de pensar: lo plural, lo m�ºltiple, las perspectivas. Seg�ºn �©l, la verdad es cuesti�³n de interpretaciones, la vida es cuesti�³n de multiplicidad. As�­, su obra es un juego al que no se le puede reclamar coherencia.

Su pensamiento no es un pensamiento sino los pensamientos. Es paradoja donde no hay contradicci�³n. Es una forma de pensar sin compromiso: el cr�­tico que escapa a la cr�­tica con sus paradojas.

La impresi�³n de leer a Nietzsche no es la de un autor que te habla o comienza un di�¡logo, sino de uno que te grita y te provoca: con sus gestos entre l�­neas y sus arrancadas de pelo en cada signo de admiraci�³n. Esa fuerza que incita credibilidad (o, al menos, actitud autoritaria) en el peso atrevido de sus palabras, se disuelve con la flexibilidad de sus opiniones, al preguntarse si una cosa es �©l y otra cosa sus escritos. Entonces, a fuerza de contrarios, Nietzsche ser�­a d�©bil, discreto y sumiso. �¿Se le puede reclamar un ate�­smo imprudente al hablar de la muerte de Dios?

La interpretaci�³n, como forma subjetiva de aprehender el mundo, tiene que ver con un asunto interesante en Nietzsche, que es la cuesti�³n del lenguaje. La filosof�­a crea y pule conceptos como el de la verdad, todo a trav�©s del lenguaje. En M�¡s all�¡ del Bien y del Mal, Nietzsche declara que la verdad designa lo que le conviene a un grupo, a su desarrollo, o mejor, a lo que este grupo se representa como desarrollo. Concluye que la voluntad de verdad ha estado siempre al servicio de la voluntad de poder.

Cuando habla de c�³mo el mundo verdadero lleg�³ a convertirse en una f�¡bula, est�¡ hablando de c�³mo una misma idea, la de la verdad trascendente, cambia de matices, de forma a trav�©s de la historia y c�³mo se debe eliminar para que surja una nueva forma de pensar, una verdad terrenal, m�ºltiple y perspectivesca: las verdades de Nietzsche son humanas, demasiado humanas.

La tragedia que comienza con PlatÃ?³n debe terminar, para Nietzsche, con la muerte de Dios. El fundamento platÃ?³nico (mundo verdadero – mundo aparente), una vez derribado (una vez muerto Dios) nos deja con… nada, un vacÃ?­o. Ese es el nihilismo (transmutaciÃ?³n de los valores). Pero Nietzsche propone al Zaratustra, al superhombre, a fin de superarlo, a fin de establecer otros valores que no se fundamenten en PlatÃ?³n. Entra la idea del eterno retorno.

Dios ya no funda, la historia no es la de la salvaci�³n. Nietzsche apuesta por la finitud, por la muerte. Sin fundamento se apega al nihilismo suicida, a la nada y a crear otro pensamiento, otros valores. Para crear hay que destruir.

La Destrucci�³n, la muerte de Dios, es un acontecimiento abstracto, es la reconciliaci�³n entre lo finito y lo infinito. Lo anterior al acontecimiento es la culpa, el acontecimiento es la nada, lo posterior es la inocencia.

�¿Asesinato o autodestrucci�³n?

“Ã?¿sabes cÃ?³mo muriÃ?³? Ã?¿Es verdad, como se dice, que fue la compasiÃ?³n la que lo estrangulÃ?³, -que vio como el hombre pendÃ?­a de la cruz, y no soportÃ?³ que el amor al hombre se convirtiese en su infierno y finalmente en su muerte?”
“Se sentaba allÃ?­, mustio, en el rincÃ?³n de su estufa, se afligÃ?­a a causa de la debilidad de sus piernas, cansado del mundo, cansado de querer, y un dÃ?­a se asfixiÃ?³ con su excesiva compasiÃ?³n” (AsÃ?­ hablÃ?³ Zaratustra)

Algunas interpretaciones del Teocidio

Martin Heidegger, en su libro Sendas Perdidas, tiene un capÃ?­tulo titulado, La Frase de Nietzsche: “Dios ha muerto”. AllÃ?­ da su interpretaciÃ?³n.

“La frase ‘Dios ha muerto’ significa: el mundo suprasensible carece de fuerza operante. No dispensa vida. La metafÃ?­sica, es decir, para Nietzsche, la filosofÃ?­a occidental entendida como platonismo, se acabÃ?³.”

“… la frase de Nietzsche alude al destino de dos milenios de historia de Occidente.”

“La anulaciÃ?³n de lo existente en sÃ?­, el matar a Dios, se realiza asegurando la existencia, con lo cual el hombre se asegura el acervo material, corpÃ?³reo, psÃ?­quico y espiritual, pero eso por amor de su seguridad que quiere la dominaciÃ?³n sobre lo existente como lo objÃ?©tico posible para corresponder al ser de lo existente, a la voluntad de poder.
El asegurar como adquisiciÃ?³n de seguridad se funda en la posiciÃ?³n de valores. El poner valores tiene todo lo existente bajo sÃ?­ y, en consecuencia, lo ha matado, asesinado. Este Ã?ºltimo golpe matando a Dios lo da la metafÃ?­sica que como metafÃ?­sica de la voluntad de poder realiza el pensar en el sentido de pensar valores.”

El hombre valorando hace lo que Dios hace pero con voluntad cambiante. En el momento en que el hombre empieza a valorar de acuerdo a las circinstancias y a las subjetividades, deja a un lado el fundamento metaf�­sico de la verdad absoluta, la verdad revelada sobre lo bueno y lo malo. Nietzsche ya respiraba la muerte de Dios en su tiempo, algo se estaba dando desde que la moral estaba perdiendo importancia en Europa.

En un art�­culo titulado De la Teodicea a la muerte de Dios, Juan A. Estrada, de la Universidad de Granada, da otro nivel de interpretaci�³n.

“No se trata de que el hombre sea libre en el marco de una creaciÃ?³n divina ya dada sino de ver al Dios creador como una etapa superada en la toma de conciencia del hombre.{…} La creencia en Dios pertenece a una fase inmadura de la conciencia humana.”

“No se trata sÃ?³lo de que Dios sea el origen de lo que nosotros consideramos como bien y mal, ya que estos en sÃ?­ mismos no existen, sino que Nietzsche radicaliza la imagen sombrÃ?­a de Dios y lo califica negativamente en cuanto antivida, sin sentido, la gran mentira que nos hace responsable.”

“Se acepta la vida con la intenciÃ?³n de no interpretar los hechos, y se proclama la muerte de Dios y con ella los sentidos y utopÃ?­as que buscan responder al que sufre y dar una significaciÃ?³n a la historia.”

Es esta la lectura de un “evolucionado y moderno intÃ?©rprete”, que resalta la madurez del ateÃ?­smo y el papel de opio del pueblo de la religiÃ?³n, al decir que la muerte de Dios es liberarse de ideas utÃ?³picas sobre el sufrimiento y el destino. Perfil posmoderno.

La superaci�³n del nihilismo es un decirle s�­ a la vida y la afirmaci�³n del cuerpo, lo terrenal y todas esas cosas sensibles, que tanto le gustaban a Nietzsche, as�­ no pudiera disfrutarlas mucho porque estaba enfermo.

George J. Stack, El an�¡lisis de la verdad de Nietzsche, tiene una interpretaci�³n diferente.

“El punto de vista de Heidegger de que la frase de Nietzsche “Dios ha muerto” significa que ‘el mundo suprasensible carece de fuerza operante’, que ‘la metafÃ?­sica se acabÃ?³’ porque Dios (ostensiblemente el imperio de las ideas y los ideales) no existe es ingeniosa, pero incorrecta. El fenÃ?³meno cultural de la muerte de Dios implica la pÃ?©rdida de la creencia en una verdad absoluta respaldada en el ser de Dios. MÃ?¡s importante aÃ?ºn, implica la pÃ?©rdida de la creencia en una moralidad que Nietzsche admite que ha sido la defensa mÃ?¡s prÃ?¡ctica en contra del nihilismo. {…} Claro que Heidegger tiene razÃ?³n en decir que Nietzsche cree que la metafÃ?­sica se acabÃ?³, que las creencias en un ‘mundo verdadero’, un ‘mundo metafÃ?­sico o trascendente’, estÃ?¡n desestimadas. Pero la pÃ?©rdida en esa creencia fue instigada primordialmente por la filosofÃ?­a crÃ?­tica de Kant.”

“El argumento bÃ?¡sico de Nietzsche es que la religiÃ?³n cristiana promulgÃ?³ hÃ?¡bitos y actitudes mentales que eventualmente hicieron surgir dudas acerca de su propia verdad {…} La cosmovisiÃ?³n Cristiana vino a ser una auto- supresiÃ?³n interna e histÃ?³rica.”

“El punto de intersecciÃ?³n entre la caÃ?­da cultural de la creencia religiosa y el surgimiento de la ciencia es el punto en el que el nihilismo entra en la civilizaciÃ?³n occidental.”

A diferencia de Heidegger, que ve, en Nietzsche, al nihilismo como un proceso histÃ?³rico, Stack lo toma como un acontecimiento Ã?ºnico y de carÃ?¡cter cultural dentro del occidente cristiano. AÃ?ºn mÃ?¡s, afirma que la desapariciÃ?³n de la idea de un “mundo verdadero” no es igual a la “muerte de Dios”, sino que la metafÃ?­sica cristiana tomÃ?³ un rumbo diferente, aunque hayan similitudes entre el platonismo y el cristianismo.

Mientras que la negaciÃ?³n del “mundo verdadero” de PlatÃ?³n parece inaugurar el nihilismo epistÃ?©mico, la incredulidad en Dios (concebido como el dador de la moral) concibe la idea de que no existe una moralidad. Y cita a Dostoievski, “Si Dios no existe, entonces todo estÃ?¡ permitido”.

El Dios cristiano y la verdad

El mundo futuro que Nietzsche anhelaba, de verdades no-cristianas, no-morales, no existe, no ha sido construido, tan solo propuesto. Quiz�¡s ese sea el m�©rito que muchos ven en Nietzsche, el haber hecho una propuesta novedosa, pensar un mundo con valoraciones diferentes a las tradicionales. Heidegger aconsejaba no dar una opini�³n apresurada de la frase de Nietzsche, sino pensarla en el sentido que le dio su autor y a partir de su reflexi�³n sacar una ense�±anza. Eso pretendi�³ �©l con su trabajo.

Pero Ã?¿quÃ?© si Dios no ha muerto? Digamos que la muerte de Dios es tan solo la lectura que hace Nietzsche de la historia y etcÃ?©tera. Sin embargo, esa lectura ha tenido una gran influencia en la filosofÃ?­a contemporÃ?¡nea y ha servido de base para muchos movimientos y formas de pensamiento en el Ã?ºltimo siglo. Por algo se estudia y se lee en las universidades. AsÃ?­ que no es suficiente con comprender la filosofÃ?­a nietzscheana, tambiÃ?©n hay que confrontarla, aprender de ella, retomando lo bueno, desechando lo malo… pues no hay hombres perfectos.

Para el cristianismo existe una verdad absoluta que viene de Dios, �©l mismo es esa verdad, pues no hay nada ni nadie fuera de �©l que tenga la autoridad para establecerla. Lo relativo es la forma en que cada cultura (o cualquier individuo), con su forma de pensar, se acerca a la verdad.

Hay un principio bÃ?­blico que tiene que ver con la Ã?©tica cristiana y es principalmente un mandamiento: “Sed santos porque yo soy santo”, dice YahvÃ?©. Hay un precepto (ser santos), un principio (la santidad) y una razÃ?³n que conduce a una persona (el Dios santo). La Ley Judaica reflejaba el carÃ?¡cter de Dios, cada mandamiento era un atributo de Dios: “No matarÃ?¡s”. Dios es el dador de la vida y es amor; “No levantarÃ?¡s falso testimonio”, Dios es verdad. Sin la persona de Dios, los mandamientos no tendrÃ?­an sentido.

En la propuesta de Nietzsche de una transvaloraci�³n de los valores se pretende hacer una nueva valoraci�³n seg�ºn la voluntad de poder y el eterno retorno en la figura del superhombre. El Te�­smo declara que es indispensable un fundamento teol�³gico meta-�©tico para que haya moralidad.

El Te�­smo dice que si Dios existe, entonces existen los valores morales objetivos. Adem�¡s de una responsabilidad moral: Dios pedir�¡ cuentas a cada hombre por sus acciones. Por el contrario, si Dios no existe, no hay raz�³n para creer en unos valores absolutos, pues el hombre es el que los inventa y tampoco es responsable de sus actos ante nadie.

La cuesti�³n de los valores cristianos, Nietzsche la trata en La Genealog�­a de la Moral, donde da su versi�³n hist�³rica de los conceptos bueno y malvado en la tradici�³n judeo-cristiana. La historia de Nietzsche es la de la crueldad del guerrero y la compasi�³n del sacerdote. La historia del cristianismo es la de la redenci�³n del hombre por Dios.

Liam Atchison, en un artÃ?­culo sobre este filÃ?³sofo, dice: “No podemos aceptar cada, o mÃ?¡s bien casi ninguna, de las crÃ?­ticas que Nietzsche ofrece a los Cristianos. Muchas, creo yo, estÃ?¡n basadas en premisas falsas o argumentaciÃ?³n selectiva. Como quedÃ?³ demostrado en su crÃ?­tica al apÃ?³stol Pablo, Nietzsche Nietzsche tambiÃ?©n comete con frecuencia la falacia motivacional que, en justicia con el filÃ?³sofo, pudieron haber sido toleradas mÃ?¡s en el siglo diecinueve que lo es ahora.”

Nietzsche habl�³ de perspectivas. ��l tuvo las suyas, los cristianos tienen otras. Quiz�¡ el mirar lo que diferentes pensamientos tienen que decir ayude a comprender mejor la riqueza del conocimiento.

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