El Evangelio De Judas

Recientemente se comentÃ?³ en muchos medios de comunicaciÃ?³n sobre el descubrimiento e importancia histÃ?³rica de un viejo manuscrito aparentemente del siglo IV d.C.. En el que aparentemente se habla de la figura de JesÃ?ºs de Nazaret, quien viviÃ?³ en el Ã?¡rea de Palestina en los albores del siglo I. Pero curiosamente tambiÃ?©n se habla sobre un tal Judas Iscariote, uno de los doce discÃ?­pulos que acompaÃ?±aban al Maestro, y la historia que se relata desde este manuscrito sobre el mismo Judas no es exactamente la misma historia que cuenta la Historia que todos hemos aprendido. SegÃ?ºn este evangelio, Judas Iscariote fue un amigo, mÃ?¡s que un traidor, y que tuvo que hacer lo que hizo, traicionar a su Maestro, por causa de la determinaciÃ?³n divina que exigÃ?­a que Judas obrara traicionando a JesÃ?ºs, pero sin tener Ã?©l, en el fondo de su conducta, ningÃ?ºn tipo de culpa propia. La gran duda que puede levantarse frente al lector al leer tal versiÃ?³n de la historia de JesÃ?ºs y de su discÃ?­pulo traidor Judas Iscariote es Ã?¿cÃ?ºal es la verdadera historia, si la que cuenta la Iglesia CatÃ?³lica y el resto de la cristiandad, o la historia que “trata” de aparecer ante los ojos escÃ?©pticos del hombre de la era contemporÃ?¡nea?

Evidentemente, la contestaciÃ?³n a tal pregunta requiere un anÃ?¡lisis no superficial al respecto, cabrÃ?­a el formularse nuevas preguntas tales como Ã?¿quiÃ?©nes escribieron los evangelios que aparecen en la Biblia y quiÃ?©nes escribieron el llamado Evangelio de Judas? Ã?¿Son ambos los mismos autores, o son del mismo grupo o religiÃ?³n? Para llegar a la verdad que tal pregunta requiere es necesario leer el mismo documento o noticia que relata el hallazgo sobre este nuevo Evangelio segÃ?ºn Judas. Cualquier serio historiador que tenga en sus manos una copia de este libro antiguo reciÃ?©n traducido al inglÃ?©s debe darse cuenta que la autorÃ?­a del mismo le es muy familiar con el estilo de escritura de un grupo de personas que vivieron alrededor del siglo tercero y cuarto de nuestra era. Para ese entonces abundaban mÃ?ºltiples sectas originadas desde el propio catolicismo del cual se separaron, por eso lo del apelativo “secta”. El resurgir de las sectas se diÃ?³ luego de las graves y Ã?ºltimas persecuciones dioclecianas, en honor al emperador Diocleciano quien fue un ferviente perseguidor de todo el cristianismo en el Imperio, pero tambiÃ?©n ayudadas por los tiempos histÃ?³ricos que corrÃ?­an cuando llegÃ?³ al poder el emperador Constantino, quien fue el que decretÃ?³ para el aÃ?±o 325 que la ReligiÃ?³n CatÃ?³lica, Ã?ºnica Iglesia cristiana existente, serÃ?­a la religiÃ?³n oficial de todo el Imperio Romano. Fue esta oficializaciÃ?³n del catolicismo por el Estado el que llevÃ?³ al surgimiento de muchos grupos sectarios entre ellos los gnÃ?³sticos, los milenaristas, los arrianos, los donatistas y nestorianos, entre otros muchos.

Entre estos grupos sectarios hubo uno llamado los gnÃ?³sticos que mÃ?¡s se acercaban en doctrina con las doctrinas de la Iglesia catÃ?³lica, pero sin duda contenÃ?­an aun asÃ?­ muchÃ?­simos errores doctrinales segÃ?ºn los estipulÃ?³ el Magisterio Eclesial de aquella Ã?©poca y confirmado luego por subsiguientes magisterios y concilios eclesiales. Este grupo de los “gnÃ?³sticos” es responsable de la autorÃ?­a del Evangelio de Judas. Los gnÃ?³sticos creÃ?­an que podÃ?­an llegar al concocimiento directo de Dios, sin ningÃ?ºn tipo de ayuda intermediaria, desde su propia inteligencia y conocimientos propios. Estos directos conocimientos para llegar a Dios eran secretos y ocultos, prohibidos para cualquier persona que no perteneciera a uno de sus grupos establecidos. Para aquel entonces, la Iglesia declaraba como no verdaderas sus doctrinas y condenaba sus creencias religiosas; porque se fueron distanciando de la ortodoxia doctrinal que defendÃ?­a el Magisterio.

El Evangelio de Judas, escrito asÃ?­ por los gnÃ?³sticos, presenta una figura de Judas Iscariote mucho mÃ?¡s benigna que la ofrecida por los evangelios oficiales, se dice “oficiales” en el sentido que han sido aprobados por la Iglesia CatÃ?³lica como verdaderos evangelios luego de seguir y cumnplir una serie de rigurosos criterios para su debida inclusiÃ?³n en el cÃ?¡non cristiano. SegÃ?ºn los gnÃ?³sticos, Judas fue un hombre sencillo y fiel, fidelidad aquÃ?­ entendida en cuanto a desear ser fiel, y que sÃ?³lo llevÃ?³ a cabo el mandato de Dios de entregar a su Hijo UnigÃ?©nito, es decir, este evangelio quiere presentar como algo correcto lo que hizo Judas porque Ã?©sta era precisamente su vocaciÃ?³n desde que se hallaba en el seno de su madre: conocer y entregar a JesÃ?ºs ante los judÃ?­os para que se llevara asÃ?­ el plan de Dios de salvaciÃ?³n para los hombres. Con lo que respecta a su pecado, pues queda bastante disminuÃ?­do, y,estrictamente hablando, desaparecido, porque al ser Judas un mero instrumento de la voluntad divina no tenÃ?­a entonces la opciÃ?³n de elegir entre las cosas que hacÃ?­a, o lo que equivale a decir que los actos de Judas y de todos los hombres carecen de total libertad, se desecha y se elimina la libertad del hombre y, por lo tanto, su responsabilidad moral. AsÃ?­ se podrÃ?­a decir que Judas en verdad no pecÃ?³ al entregar a JesÃ?ºs y que nosotros tampoco pecamos cuando obramos en contra de la ley de Dios ya que se debe a nuestra incapacidad para resistir la ejecuciÃ?³n de nuestro “destino”, es decir, a nuestra llamada divina, que aplasta con su inmenso poder a nuestra dÃ?©bil libertad. Algo que resulta como absurdo porque Ã?¿cÃ?³mo Dios nos obliga a que hagamos los que El no quiere que hagamos?

En cambio, los autores de los evangelios can�³nicos, los evangelios que se hallan en la Santa Biblia, fueron escritos por los mismos ap�³stoles de Jes�ºs o ayudantes y por seguidores de tales ap�³stoles. Por ejemplo, los autores del evangelio de Mateo y Lucas se dice que fueron los mismos seguidores del ap�³stol Pedro; se sabe que Mateo y Lucas se quedaron muy cerca de Pedro anunci�¡ndo junto con �©l el Evangelio luego del evento del D�­a de Pentecost�©s. Por otro lado, el Evangelio de Juan se cree que fue redactado por el mismo ap�³stol Juan, aun estando �©ste vivo, y por sus ayudantes y seguidores. El Evangelio de Marcos es uno que, aunque escrito por Marcos, est�¡ muy influenciado por la corriente paulina, es decir, por el ap�³stol de los gentiles: Pablo de Tarso. En cualquiera de los casos es coincidente entre ellos que la fecha de culminaci�³n de los escritos evang�©licos arriba mencionados quedan marcados en el mismo siglo primero, por lo tanto, son mucho m�¡s antiguos y cercanos al tiempo de vida terrenal de Jes�ºs que el evangelio escrito por los gn�³sticos los cuales atribuyen la autor�­a a Judas Iscariote.

El Evangelio de Judas ser�¡ ciertamente una obra de un valor hist�³rico en cuanto que nos ayuda a comprender cu�¡les eran las creencias y costumbres del grupo sectario de los gn�³sticos, pero no tiene ning�ºn peso doctrinal para cambiar la ortodoxia de la doctrina cristiana y patr�­stica. El pretender esto �ºltimo sin considerar el contexto hist�³rico en las que se redact�³ el manuscrito es una t�¡ctica no verdadera, por no decir falsa y enga�±osa, que muchos autores contempor�¡neos est�¡n utilizando para aprovechar la ola de ocultismos y secretismos en ambientes literarios, editoriales y hasta en el cine, y as�­ generar ingresos en detrimento de la analfabetizaci�³n religiosa de muchas personas.

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